Un día, una brújula
–que ya era muy viéjula–
chocó con burbújulas
y cayó en mis téjulas.
Prontito, a la bóbula
metí en una cájula
y –hoy– con su escóbula
yo barro las lájulas.
¡Qué brujita pávula
y conservadórula!
¿Por qué no volábula
en aspiradórula?
No hay comentarios:
Publicar un comentario